Me siento muy vulnerable.

Me siento muy cabreada.

Me siento agradecida.

Me siento relajada.

Siento muchos frentes abiertos.

Me da pánico

Pienso en ello.

Me desidentifico y desapego.

Respiro.

Cojo a mis niños y les doy besos hasta apachurrarles.

Qué medicina.

Me siento acompañada por todas las madres que sienten lo mismo.

Me dedico un paseo muy de vez en cuando.

Me dedico un rato al sol.

Me dedico una práctica de yoga.

Me siento plena de poder dedicármelo aunque sea en pocas ocasiones.

Relativizar.

Agradecer.

Permitirme disfrutar de estos momentos intensos.

Gran reto y gran regalo.

Conocer mis sombras tan oscuras cuando me enfado.

El odio que tengo dentro.

Y aceptarlo.

Dejar ser.

Evolucionar con ello.

Sentirme parte del todo.

Y a la vez ni una motita de arena en el Todo.

Ser todo y nada a la misma vez.

Significarlo todo o nada, para mi, para el resto.

Llorar.

Gritar.

Reír.

Pero sobre todo dejarme sentir.

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